Probamos la Honda CBR500R y CB500 F, deportividad para rookies

(Jose Muñoz desde Barcelona) El HIS (Honda Instituto de Seguridad) nos abrió las puertas para convertirse en el punto de partida para la presentación de dos modelos de Honda perfectos para disfrutar a tope sin que nuestro bolsillo sufra, la Honda CBR500R y la Honda CB500F, dos motos que llegan como complemento de la saga NC a modo de hermanas menores para complementar el hueco en el mercado de las deportivas de media cilindrada adaptadas al permiso de conducción A2.

A primera vista se ven como dos motos muy compactas y de contenidas dimensiones, pero una vez te pones a los mandos de ellas, es como si creciesen y para nada me dan la sensación de 'moto pequeña', algo que a priori nos podrían transmitir las fotos.

Cuando hablamos de motocicletas Honda sin duda estamos hablando de unos de los fabricantes con más experiencia tanto en el mundo de la competición como en el mundo de la fabricación de motos para el día a día. Es por eso que los ingenieros de Hamamatsu saben de sobra cómo hacer que una moto funcione perfectamente, equipandola con componentes de primera línea, como pueden ser los neumáticos en medida 120/70 17 y un trasero de 160 montado sobre unas ligerísimas llantas de aluminio forjado; el equipo de frenos con un tacto excelente y con ABS de serie en el modelo R, opcional en la CB500 F; una horquilla telescópica sin posibilidad de regulación, compuesta por barras de 41 mm; y el ya conocido sistema por-link en el tren posterior.

Todo esto, sumado a un chasis de doble cuna abierta que utiliza el motor para darle rigidez al conjunto, dota a esta moto de una parte de ciclo muy por encima del motor, transmitiéndonos en todo momento sensaciones propias de una moto mayor, pero sin las complicaciones que supone para alguien inexperto, un motor con más de 100 CV, lo que la convierte sin duda alguna en una excelente moto-escuela para todos aquellos usuarios que deseen dar el siguiente paso a una deportiva pura.

En el apartado del motor, contaros que se trata de un bicilíndrico en paralelo que cubica 471 cc de carrera corta con un cigüeñal calado a 180º y una tecnología de baja fricción heredada de sus hermanas mayores, lo que le permite subir de vueltas con alegría por encima de 9000 rpm. Como curiosidad deciros que comparten el mismo diámetro de pistones que su hermana mayor la CBR600 RR.

Ambas declaran un consumo cercano a los 3,5 l/100Km, dándonos un consumo medio en el transcurso de la prueba cercano a los 5l/100km, si bien es cierto que fui buscando la línea roja en todo momento y eso no ayuda a contener el gasto medio.

El bajo mantenimiento es otro de los puntos fuertes de este motor, teniendo las revisiones cada 12.000 kms, y el cambio de bujías cada 48.000 kms, datos que en los tiempos que corren se agradecen y ¡¡mucho!!

Una vez en marcha, la posición de conducción es agradable y nada radical en el caso de la "R", agradeciéndose la protección aerodinámica que le aporta el carenado, si bien es cierto que a la hora de los cambios de dirección se muestra más agradecida la F gracias a la mayor palanca ejercida sobre su manillar ancho. A pesar de que no se trata de motos muy ligeras en la báscula (194 kgs), sí que denotan mucha agilidad en las reviradas zonas de curvas, siendo sorprendente lo tarde que puedes llegar a frenar con cualquiera de las dos, ya que tienen ese punto de nobleza que las convierte en lo que yo denominaría como ¨moto-madre¨, ya que vela por evitar los sustos que convertirían una salida divertida en una experiencia desagradable.

Sin duda creo que se trata del paso lógico para todos aquellos usuarios que debutan en el segmento sport; no os dejéis engañar por la potencia, ya que estos 47 CV dan mucho de sí, demostrándonos que la deportividad en una moto no sólo se mide en un banco de potencia. Como ejemplo de esto que os acabo de contar, decir que se trata de la moto elegida para disputar la European Junior Cup.

Precios:

Honda CB500F 4.999 € y 5.499 € con ABS

Honda CBR500R 5.999 € (solamente disponible con ABS)

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