De Dion-Bouton Tricycle
El nombre de De Dion-Bouton es conocido por su automóviles de cuatro ruedas, pero en sus inicios no solo fabricó coches, también tuvo triciclos y no los llamaban 'trikes'. Los comenzaron a fabricar en 1897 y estuvieron en la línea de montaje diez largos años fabricando más de 15.000 unidades; una auténtica barbaridad para aquellos años.
La historia del De Dion-bouton Tricyle comenzó tiempo atrás, en 1883, cuando el conde Albert de Dion-le Val, el miniaturista George Bouton y un amigo, Charles Trépardoux, se pusieron a fabricar coches con motor a vapor. Coches rápidos por cierto, pues en la primera carrera de coches registrada, la Paris-Rouen de 1894, un De Dion-Bouton con motor a vapor se aupó a lo más alto de podio.
El momento cumbre en la historia de De Dion-Bouton y pistoletazo para la llegada del Triciclo fue diez años después, cuando los tres socios y amigos se sentaron para dialogar y trazar los planes futuros de la firma. Cada uno con una idea, al final terminaron con algunas desavenencias sobre los motores a usar y Trépardoux terminó dejando la empresa y con ello, el camino libre a la llegada de los casi recién inventados motores de combustión. La decisión de adoptar estos motores fue lo que llevó a la creación del primer De Dion-Bounton Tricycle, pues de acuerdo a unas declaraciones de la época, 'una bicicleta parecía demasiado frágil para este fin'.
La primera unidad del triciclo salió de la cadena de montaje en 1897. Pesaba apenas 80 kg y tenía un motor monocilíndrico con una carrera muy larga y 211 centímetros cúbicos. La potencia que se declaraba entonces era de 1,5 CV a 1.800 rpm aunque llegó a los 8 CV al mismo régimen para 1904, cuando salió la última unidad con motor de 955 centímetros cúbicos. No obstante, antes de que esto ocurriera, el 13 de abril de 1902 el piloto francés Georges Osmont estableció un récord de velocidad de 109,1 km/h en Niza con un De Dion-Bouton Tricycle.
Se dice que la llegada de los motores de combustión interna a los modelos de De Dion-Bouton supuso un gran avance. Parece ser que el funcionamiento del motor de De Dion-Bouton marcó nuevos estándares porque, por ejemplo, se dieron cuenta que el encendido de la bujía era un escollo para motores de altas revoluciones (entiéndase que en la época altas revoluciones podrían suponer 3.000 rpm) y desarrollaron un nuevo sistema de alta tensión para el encendido. También fueron los primeros motores con la culata desmontable y atornillada con cuatro pernos al cilindro.
A De Dion-Bouton se le otorga el honor de haber desarrollado y fabricado el precursor de los actuales propulsores de moto.
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