Probamos la Triumph Daytona 675: la pesadilla de las Supersport japonesas

Triumph Daytona 675: Única en su especie

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Victor Guerrero. En el mercado de las Supersport, dominado desde siempre por las motocicletas niponas, de tanto en cuando viene bien que otras marcas intenten irrumpir con fuerza en él, ofreciendo planteamientos distintos, y con unas prestaciones capaces de cuestionar el rendimiento de las tetracilíndricas de toda la vida. La Daytona, una de las más laureadas estos últimos años, es un claro ejemplo de hasta qué punto esto puede ser cierto.

Se trata de una moto radical en todos los sentidos, quizás demasiado, concebida por encima de todo para pulverizar el crono en los circuitos. Este es un aspecto que no deja de ser apetecible para muchos motoristas, aunque conlleva ciertas desventajas, que las notarás tan pronto la uses como medio de transporte diario. Peculiaridad, no obstante, que ya se sobrentiende al verla, con unas líneas muy afiladas para potenciar su carácter deportivo, y con un peso y tamaño sorprendentes.

Tal es la sensación Racing que transmite la Daytona que no tardarás en dar rienda suelta a tu imaginación, viéndote en una parrilla del Mundial de Motociclismo cuando te encuentres esperando en un semáforo, con tus gafitas de sol, tu gorrita, tu botellita de agua, tu publicidad en el mono...Todos los componentes ayudan, desde el sonido arrollador del motor tricilíndrico hasta los pequeños detalles, tales como los neumáticos escogidos para la ocasión, unos magníficos Pirelli Dragon Supercorsa Pro que son lo más parecido a gomas de competición que puedas encontrar, así como la sensación que da estar montado sobre una moto con el tren delantero tan hundido y con la parte trasera tan elevada.

Después de esta prueba, ya solo me queda soñar con que algún día Triumph nos deleitará con la flamante aparición de la Daytona 1050...

Triumph Daytona 675:Fuera de su ámbito

Comprarse una moto nueva es una decisión muy complicada en la que entran en juego muchos factores. Normalmente debes pensar si le darás un uso diario, de fin de semana, por qué tipo de vías rodarás más a menudo, si lo harás en circuito, cuántos euros te quieres dejar, que estéticamente sea de tu gusto, y un largo etcétera.

En el caso de la Daytona, fuera de los circuitos te será muy complicado exprimir todo su potencial, que no es poco. De todas maneras, una moto como esta no hace falta que la lleves a fondo para disfrutarla, gracias a su alegre respuesta en todo el abanico de revoluciones, distinguiéndose de las tetracilíndricas japonesas, que tienen unas cifras de par motor algo inferiores.

Si lo que quieres es una moto para sentirte piloto, sin importar la incomodidad que te pueda suponer en el día a día, pues adelante, te aseguro que la Daytona saciará tus ansias de correr cuando llegue el momento. Con su comportamiento descarado podrás plantar cara a cualquier otra motocicleta porque con su potencia, par motor, peso y dimensiones, no habrá quien pueda contigo. No por nada ha ganado dos años consecutivos las dos comparativas Supersport por excelencia: el Supertest y el Masterbike.

Además, estamos ante una moto efectiva, precisa, y sobretodo, diferente. Yo la he probado por todo tipo de lugares, incluido circuito, y la verdad es que se deja llevar muy bien, trasmitiéndote toda la información que necesitas sobre lo que pasa en el asfalto. Pero en ciudad la cosa cambia...

Triumph Daytona 675 a diario

Encender esta moto cada mañana antes de ir a trabajar es una delicia, se agradece que te digan buenos días con este sonido tan especial. Otra cosa es cuando te encuentres con los coches, conducidos por sus alegres conductores que sólo piensan en llegar a sus destinos, al precio que sea.

Esta no es una de las aventuras favoritas de la Daytona, no acaba de encontrarse a gusto. Tras unos pocos semáforos, se te empezarán a cargar los brazos y las muñecas, porque el manillar está tan bajo que tendrás que forzar la espalda para cogerlo bien. Esto te obliga a incorporarte bastante, pero con la cabeza levantada para observar todo lo que sucede delante de ti, así que ya te lo puedes imaginar, no es la reina de la comodidad.

El estilo Racing no acaba aquí, porque los estribos están muy elevados y atrasados, y si sueles llevar acompañante, se acordará de ti cuando empiece seriamente a pensar en cómo subirse a la moto, porque los traseros están extremadamente altos, y necesitará de una escalera para conseguirlo.

Los retrovisores tampoco son su punto fuerte, el campo de visión es mejorable, y cuando te molesten y quieras recogerlos, verás que al volverlos a poner no recuperan su posición original, y de nuevo a tocarlos hasta encontrar su sitio.

Otra cosilla a mejorar es el tacto del cambio. En algunas ocasiones me costó encontrar el punto muerto, saltaba de primera a segunda sin que se encendiera la lucecita verde. Seguramente mejore con los kilómetros, sin embargo, no deja de ser cierto que en este tipo de detalles, siempre a nivel de tacto, está un poco por debajo de las Supersport japonesas.

Pero no todo iban a ser inconvenientes en la ciudad. También tiene sus armas con las que defenderse majestuosamente. Su fuerza en la zona baja no está nada mal -algo inferior que en la Street Triple-, siendo a medio régimen cuando la caballería y el par motor empiezan a notarse, y vaya si se notan. Es en este momento cuando el sonido se transforma y aparece por la puerta grande, pero hay que contenerse, porque será cuando más ganas tendrás de subir las revoluciones, una decisión poco recomendable por los peligros que acechan en cada esquina, no lo olvides.

En esta misma línea, es igualmente deseable su ligereza general, que nos facilitará movernos con agilidad entre el tráfico.

El cuadro de instrumentos es muy bonito, con el inconfundible sello de Triumph, lucecitas que se iluminan cuando llegas a la zona alta, ordenador de a bordo con interesantes posibilidades -consumos medios, cronómetro, etc-, así como indicadores de la marcha engranada y de la temperatura. Este último te será útil porque en los atascos se calienta bastante rápido, sobretodo por ser una moto tan estrecha y tener que montar un radiador pequeñito. Pero no pasa nada, entrará en funcionamiento el ventilador y listos. Sólo se echa de menos un indicador, el del nivel de gasolina.

Finalmente, la dureza de las suspensiones te jugará una mala pasada cuando te comas algún socavón importante, de la misma forma que en el resto de motos tan deportivas. Tampoco ayuda mucho el asiento, duro y estéticamente muy parecido a los de competición.

Como dato curioso, sorprenden los ruiditos electrónicos que emite cuando la apagas, se oyen con facilidad, todo para auto chequear el sistema y estar de nuevo lista para cuando vuelvas.

La Triumph Daytona 675 dando mucha guerra

Como te he comentado anteriormente, es en circuito donde podrás exprimir y disfrutar de esta máquina en el ámbito para el que ha sido concebida. Partiendo de esta premisa, debes saber que también es una auténtica pasada en carreteras buenas, ya sean ratoneras, anchas, o de cualquier tipo. Todos y cada uno de los componentes cobran sentido cuando empiezan las inclinadas, y se te olvidan rápidamente algunas incomodidades que hayas podido sentir durante el camino.

En mi caso, circulé con ella unos cincuenta kilómetros de autopista hasta llegar a mi destino, y la verdad es que en línea recta no va mal, pero no te vayas muy lejos, porque la protección aerodinámica es muy justa por no decir testimonial, y si no te acoplas al máximo, el pequeño carenado no hará mucho por desviar el viento. Ni que decir tiene que no se pueden hacer muchos kilómetros con el pecho sobre el depósito, y tampoco sentado sobre un asiento tan deportivo, con una dureza considerable. A mí me tocó, y al final acabé con las posaderas bastante adormecidas.

Pero todo cambió radicalmente cuando llegué a la primera curva. La Daytona se vuelve en una máquina muy intuitiva, la confianza es total y se deja llevar con mucha facilidad. Estas sensaciones son posibles gracias al trabajo de las suspensiones, debidamente preparadas para una conducción deportiva, y a su ligereza.

Por otro lado, el duro asiento te facilita los movimientos, y el motor tricilíndrico, con 125 cv de potencia y un par de 72 Nm, te permite ir rodando sin estrés, gracias a sus explosivas recuperaciones, hasta el punto de que en sexta velocidad, a unos 50-60 km/h, le das gas y responde con creces.

Los frenos cumplen con su cometido, especialmente el delantero, del que se encargan dos discos flotantes de 308 mm mordidos por pinzas de anclaje radial de cuatro pistones. El trasero frena gracias a un disco de 220 mm con pinza de un pistón, pero tiene un tacto muy duro y es necesario pisarlo con fuerza, con el añadido de que puede derrapar la rueda trasera si te pasas.

En un circuito como el de Montmeló, las grandes cualidades de la Daytona empiezan a brillar en su terreno favorito, y de que manera.

Su entrega de potencia te facilita las cosas, con una patada muy contundente desde las 7.000 rpm hasta el final, siempre con la grata compañía de su sonido tan especial y con tanta personalidad.

Después de unas vueltas y con menos gasolina en el depósito, la ligereza empieza a notarse de verdad, y es en ese momento, tras la toma de contacto inicial, cuando le coges el gustillo a la moto y te atreves a llevarla un poco más rápido a cada giro que pasa. La efectividad de esta pequeña Triumph es increíble, es una máquina que hace crecerte como piloto y lo único que echarás en falta es un poco más de protección en la recta, porque por mucho que te acoples, tu cabeza quedará al descubierto, así que mejor equipar un casco de tu medida exacta, tirando a justito, porque sino se te moverá.

Sin embargo, en la zona más alta del tacómetro, seguramente no rinde al mismo nivel que una Supersport tetracilíndrica de última generación, y en un circuito tan grande como el de Cataluña, esto puede llegar a ser una pequeña desventaja en algunos tramos. De todas maneras, las diferencias son mínimas, y las que más notarás entre la Daytona y el resto de modelos de su categoría serán siempre a nivel de entrega de potencia, de tacto, de carácter, con la ventaja de que esta maravilla inglesa es la más especial, la única que ofrece un planteamiento distinto al de sus rivales -con el permiso de la Ducati 848-.

En resumen, si te gusta rodar en circuito, y lo que buscas es una moto deportiva de cilindrada media, ésta es una opción que debes tener en cuenta. Todos los componentes son extremadamente Racing y te darán grandes satisfacciones cuando vayas a romper los cronos. Si aún no te convence, recuerda que está de promoción y ahora puede ser tuya por sólo 8.795 € en colores rojo Tornado, azul Neon y negro Jet.

Ficha de la Triumph Daytona 675

Motor
Tipo Refrigeración líquida, 3 cilindros en línea
Distribución DOHC
Cilindrada 675cc
Pot. máx. Decl. 125 CV a 12.500 rpm
Par. máx. Decl. 72 Nm a 11.750 rpm
Alimentación Inyección secuencial multi-punto, con inducción de aire forzado

Transmisión
Embrague Multidisco en baño de aceite
Cambio 6 velocidades
Transmisión Cadena

Chasis
Tipo Fundición de aluminio de doble viga

Suspensiones
Delantera Horquillas invertidas de 41mm con ajuste de precarga, y amortiguación de compresión y extensión
Trasera Monochoque con ajuste, y amortiguación de compresión y extensión

Ruedas
Delantera 120/70 ZR 17
Trasera 180/55 ZR 17

Dimensiones y Frenos
Longitud Total 2.010 mm
Altura asiento 825 mm
Dist.entre ejes 1.392mm
Freno Delant. Doble disco de freno flotante 308mm, con bomba radial de 4 pistones
Freno Tras. Disco de 220mm, pinza de 1 pistón
Depósito 17,4 litros
Peso en seco n.d.

Galería de fotos de la Triumph Daytona 675

  1. Enzo dice:

    Excelente moto.
    Lo certifico

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